LOS GUANCHES

LOS GUANCHES DE LAS ISLAS CANARIAS
Canarias. Origen de los antiguos pobladores: Herbert Wendt. Empezó en Babel: [...] Las islas Canarias eran conocidas por los fenicios y los cartagineses. Sin embargo, en las fuentes fenicias no se habla de los aborígenes de las islas, si no es para afirmar que los descubridores cometieron toda clase de atrocidades contra los primitivos guanches. Los navegantes cartagineses conocían las más diversas razas humanas: gente del Próximo Oriente, camitas, griegos, celtas, antiguos iberos y gran número de razas negras; y, por consiguiente, no debieron de sorprenderse mucho al encontrar a un pueblo rubio, de ojos azules, habitante de las cavernas y viviendo todavía en la Edad de Piedra. Es curioso que no se pueda reconstruir cuándo y quién redescubrió a los canarios.
Se habla de los árabes, de los portugueses, de los españoles y de los genoveses; parece que en 1335 llegó a Lisboa un barco con guanches prisioneros. Y de una expedición del año 1341 nos han llegado algunos detalles algo más precisos: dos naves, fletadas por el rey de Portugal y con tripulación florentina, genovesa y española, alcanzaron las islas en el mes de julio del citado año bajo el mando del genovés Niccoloso da Recco y del florentino Angiolino del Teggihia de Corbizzi; permanecieron allí durante cinco meses y, a su regreso a Lisboa, traían tantas cosas interesantes que nada menos que el propio Boccaccio tomó la pluma para escribir un retrato de los guanches, basándose en los datos que, por carta, le había dado da Recco. Según nos dice Boccaccio, las islas Canarias "eran unas tierras rocosas sin ninguna clase de cultivo, pero ricas en cabras y otros animales y llenas de hombres y mujeres desnudos, que por sus costumbres se parecían a los salvajes algunos de ellos parecían gobernar a los demás y se vestían con pieles de cabras, teñidas con azafrán y tintes rojos.
Desde lejos, estas pieles parecían muy finas y delicadas y estaban cosidas cuidadosamente con hilos de tripas de animal. Por lo que se desprende de sus ademanes, estos salvajes tienen un soberano, al que muestran gran respeto y obediencia. Su lenguaje es muy suave, su modo de hablar animado y precipitado como el italiano. Cuatro de ellos fueron retenidos a bordo; éstos son los que llegaron a Lisboa". Boccaccio planteó ya el problema que había de ocupar más tarde a todos cuantos estudiaron a los guanches, es decir, ¿cómo es posible que allí, en las islas Canarias, hubiera, al lado de los trogloditas, unas gentes de cultura evidentemente superior, que "vivían en casitas con jardines con muchas higueras y palmeras, y berzas y otras verduras"? Pero estos guanches más civilizados de las islas orientales también iban desnudos, salvo un pequeño taparrabos. En cambio, cultivaban el trigo y el mijo, vivían en ciudades y poblados, tenían reyes, sacerdotes y una casta noble, adoraban una divinidad femenina y embalsamaban ceremoniosamente a sus muertos. Ambos grupos, los trogloditas salvajes y los agricultores civilizados, eran rubios, de ojos azules, y de estatura muy alta, como los individuos de más pura raza germánica.
En los años que siguieron, las islas Canarias fueron el lugar predilecto donde los navegantes de las distintas naciones fueron a cazar esclavos: se cazaba a los desgraciados rubios desnudos y se les vendía a los mercaderes y grandes señores del norte de Africa que los querían comprar. Eso duró hasta que, en 1402, el noble normando Bethencourt concibió la humanitaria idea de colonizar las islas Canarias con emigrantes franceses y domesticar a los guanches, vestirlos y convertirles al cristianismo. Lo logró, en efecto -aunque teniendo que emplear algunas medidas radicales- con los habitantes de la isla de Lanzarote. Pero los guanches de las demás islas no se mostraron dispuestos a trocar su paradisíaca desnudez por la civilización del señor de Bethencourt, lo cual dio lugar a sangrientas luchas, en el curso de las cuales los guanches bautizados de Lanzarote conquistaron dos islas más para el noble normando. Pero los conquistadores no se atrevieron a acercarse a las grandes islas con su sociedad rigurosamente organizada en castas.
Un año más tarde Bethencourt volvió a las Canarias acompañado de un obispo y de un grupo de normandos aventureros; allí fue recibido con grandes aullidos de alegría por parte de los guanches bautizados y con pedradas por parte de los no bautizados. Dos sacerdotes de los que le acompañaban, Piere Bontier y Jean Leverrier, estudiaron la vida de los indígenas y añadieron una serie de sabrosos detalles a la descripción de Boccaccio. Según ellos, los grupos de guanches primitivos vivían en comunidad matriarcal, se alimentaban de raíces y leche de cabra y, como armas, empleaban piedras y picas de madera aguzadas; esos trogloditas trpaban por las montañas con la misma facilidad que las cabras y eran tan buenos corredores que podían cazar una liebre en carrera.
Pero la mayor parte de los guanches de las islas mayores de Gran Canaria y Tenerife estaban organizados en diferentes estados; al frente de cada estado guanche había un rey, al que asistía un senado elegido entre los guanches nobles: Un sacerdote cuidaba del culto del dios supremo invisible y de la diosa de la fecundidad, mediaba en procesos legales y dirigía los combates rituales, que entusiasmaban a los guanches.
Los indígenas no conocían los metales; tampoco poseían embarcaciones y no podían trasladarse de una isla a otra. Ese fue el motivo de que cada isla tuviese una lengua propia y acabara por no comprender la de las demás. Parece que un día que un español preguntó a varios guanches de la Gran Canaria de dónde procedían, éstos le contestaron: "Dios nos puso en estas islas, nos dejó aquí y luego se olvidó de nosotros". Más tarde se descubrieron en las islas Canarias restos de una antigua cultura megalítica, dibujos rupestres y gran número de inscripciones que no han podido ser descifradas. Pero al llegar aquella época, el destino de los guanches estaba ya fijado.
El señor de Bethencourt había abandonado su empresa colonizadora y las Canarias pasaron a manos de los españoles. Pero como aquel extraño pueblo insular se resistía a todo intento de civilización, las tropas españolas de los siglos XV y XVI tuvieron que luchar interminablemente con él hasta su desaparición. El valor que demostraron los guanches en las luchas desesperadas sorprendió incluso a los militares españoles más bregados: en el año 1483, el rey del estado guanche de Telde puso en fuga a los españoles de la Gran Canaria; en Tenerife, unos trogloditas desnudos vencieron, en 1494, a ochocientos soldados bien armados y no se les pudo reducir hasta que se mandó allí una gran escuadra que luchó durante todo un año; y en otras islas, los guanches vencidos se precipitaban desde lo alto de las rocas sagradas para no verse reducidos a cautiverio.
Cuando los últimos guanches libres ya habían desaparecido y el resto de la población, después de bautizada, se hubo mezclado con los españoles inmigrados, los normandos y los norteafricanos hasta formar un pueblo mestizo todavía bastante rubio y de tez clara, los etnólogos empezaron a dirigir la mirada a las islas Canarias. Pero ya era tarde, porque de la cultura guanche sólo quedaban muy pocos restos y de la lengua guanche únicamente unos setecientos nombres geográficos y otras trescientas expresiones. De pronto, a los ojos de la ciencia, este pueblo misterioso fue considerado "una raza de valientes y pacíficos pastores, de costumbres moderadas y puras", según explica una descripción hecha en el siglo XIX, "modelo de honradez, lealtad, pundonor, moderación y formalidad", y "trabajadores, compasivos con los ancianos y sumamente hospitalarios". Con lo cual uno se pregunta: ¿por qué los conquistadores europeos se empeñaron en aniquilar tan extraordinarias virtudes para sustituirlas por su código de costumbres? A mediados del siglo XIX aparecieron los primeros especialistas e intentaron desentrañar el secreto de los guanches.
Teorías de los últimos siglos: En 1845, el francés Sabin Berthelot recogió todos los vocablos que se conservaban todavía de la lengua guanche, estudió la raza de sangre mestiza de guanche de los insulares y expuso la opinión de que había habido allí dos razas distintas de hombres: un primitivo pueblo aborigen que vivía en las cavernas y otro pueblo de cultura más avanzada que más tarde se superpuso a aquél, pero que cayó también en un absoluto primitivismo. Alexander von Humboldt creía que los guanches eran una raza emparentada con los europeos, que "desde tiempos muy remotos habitaba en las islas Canarias".
El inglés James Cowles Prichard, uno de los etnólogos más destacados de mediados del siglo XIX, fue más explícito aún. Prichard era además un psiquiatra, que, como comisario de los manicomios londinenses, analizó agudamente las distintas formas de enfermedades mentales, y escribió precisamente en aquella época una Historia natural del hombre, intentando clasificar a la humanidad no sólo desde el punto de vista del color de la piel, sino teniendo en cuenta las múltiples características físicas dentro de los diversos grupos raciales. Y naturalmente había de interesarle un pueblo que a pesar de haber habitado unas islas del norte de Africa, había sido rubio y de ojos azules como los pueblo germánicos y había vivido en las cavernas como los hombres de la época glacial, cuyos escasos restos acaban de ser descubiertos. La hipótesis que formuló Prichard, era, por lo que hoy sabemos, extraordinariamente justa: Prichard estableció un parentesco entre los guanches y los antiguos bereberes del norte de Africa, también rubios y de ojos azules, y, por lo tanto, también con los antiguos iberos de la España prehistórica y los vascos de los Pirineos occidentales; calificó a estos pueblos de "razas atlánticas".
Esta hipótesis fue aceptada unánimemente por todo el mundo científico. En épocas prehistóricas, unos parientes cultos de los bereberes se embarcaron y, desde el norte de Africa, pasaron a las islas Canarias; "un pueblo muy dotado -según nos dice Oscar Peschel-, que tuvo, en otro tiempo, formas de vida muy elevadas", pero que en las islas Canarias, debido a su aislamiento, decayó paulatinamente al estado de los pueblos salvajes". Los guanches conservaron algunos restos de la antigua cultura "como petrificados en el estado de salvajismo ulterior.
Teorías sobre el origen germano de los guanches: Pero Prichard y sus adeptos no dejaron de tener quien les replicara. En el año 1873, Franz von Löer, polígrafo y patriota alemán, visitó las islas Canarias por encargo del rey de Baviera Luis II. Su entusiasmo nacionalista queda atestiguado por su obra más importante, que lleva por título de Des deutschen Volkes Bedeutung in der Weltgeschichte "La importancia del pueblo alemán en la historia universal"), aunque se hizo famoso por otros escritos como Ajuste de cuentas con Francia y Estrangulación de la nacionalidad alemana en Hungría. Este hombre miró a los valientes guanches rubios con ojos muy distintos a como los habían mirado los fríos y rigurosos investigadores Berthelot, Humboldt y Prichard. Löher venía del mundo wagneriano de la corte del rey de Baviera y, naturalmente, no pudo sustraerse a la tentación de establecer comparaciones entre las epopeyas de los guanches y la de los germanos. Así fue como se le ocurrió lanzar la audaz y sensacional teoría de que los aborígenes de las islas Canarias habían sido de origen germano.
Según Löer, en tiempo de Cartago vivía en las islas Canarias un pueblo bereber que fue aniquilado en gran parte por los cartagineses. En el año 492 d. J.C., el pueblo gemano de los vándalos inundó los países norteafricanos, conquistó Cartago, infligió varias derrotas a los ejércitos y flotas romanas y, finalmente, entre los años 533 y 534 fue vencido por el general romano oriental Belisario y obligado a la asimilación. Pero una gran parte de estos vándalos, declaró Löer, se escaparon del ejército de Belisario y huyeron hacia el sur de Marruecos, donde se transformaron en "bereberes rubios". Y los más valientes se refugiaron en las islas Canarias e impusieron allí su sello a los aborígenes que encontraron. La manera de vivir y de vestir de los guanches, su organización política y legal, son, en opinión de Löer, de origen vándalo, así como su cabello rubio, sus ojos azules, su valor y la lealtad del misterioso pueblo canario.
"Hasta la conquista por los españoles -escribió Löer-, los vándalos permanecieron en las islas Canarias completamente aislados; retrocedieron en su nivel de cultura, al perder el uso de los metales, la construcción de embarcaciones y otras cosas por el estilo. Su lengua se anquilosó y su cristianismo se deformó." Löer llegó incluso a explicar el nombre de "guanches" por un transformación de wandches, es decir, "vándalos".
Esta teoría está llena de lagunas. En la lengua de los guanches no hay palabras germánicas; en cambio, hay expresiones que recuerdan la lengua de los bereberes. Las construcciones, los sepulcros de momias, los monumentos megalíticos, los cultivos de azadón y los signos de escritura que se han encontrado en las islas Canarias no guardan relación con el centro de Europa, sino con el norte de Africa.
Y sobre todo, los restos de edificios, los esqueletos hallados en antiguas capas de tierra y algunos pasajes en las obras de los autores grecorromanos revelan que, ya mucho antes de la invasión de los bárbaros (probablemente ya en el tercer milenio antes de Jesucristo), había guanches en las islas Canarias. No obstante, la tesis del origen germano de los guanches se continúa discutiendo con tal tenacidad incluso en obras que pasan por ser serias, que puede decirse que se trata de un verdadero fanatismo dogmático. Cuando por razones histórico-cronológicas hubo que descartar a los vándalos, los godos y otros pueblos que formaban parte de la invasión de los bárbaros, el prehistoriador germanista Gustav Kossinna lanzó la hipótesis de una "gran ola de pueblos nórdicos" que, según él, había inundado el norte de Africa en el tercer milenio antes de Jesucristo, y que había sembrado de gente rubia las islas Canarias, hipótesis que fue luego recogida por numerosos racistas a pesar de que no existe el menor indicio de esta invasión prehistórica de gentes nórdicas.
Y, sin embargo, la solución del misterio es mucho más sencilla y mucho más interesante y sugestiva qu todas las teorías gemanísticas que se han tejido desde Löer hasta Kossinna. En el año 1925, Ernest A. Hooton, uno de los más eminentes antropólogos de América, publicó un estudio bajo el título The ancient inhabitants of the Canary Islands; al mismo tiempo, dedicaron su atención al problema de los guanches el antropólogo alemán Eugen Fischer y otros varios prehistoriadores y etnólogos.
Se examinaron momias conservadas y se midieron sus cráneos. "Se trata -escribe Fischer- de rostros de ángulo facial muy abierto, pómulos prominentes y base de la nariz algo hundida, de tipos de huesos bastos y de gran estatura, que se distinguen perfectamente de las razas mediterráneas." Pero los cráneos de los guanches se distinguen también de los dolicocefálicos germanos. Sólo hubo una raza humana que tuviera la misma estructura de cráneo y de huesos de los primitivos habitantes de Canarias y esta raza el la de Crô-Magnon del último período glacial. En realidad los guanches son descendientes del hombre de Crô-Magnon que, desde el punto de vista antropológico, se conservaron casi intactos hasta la época histórica. Gracias a un minucioso trabajo de reconstrucción, los prehistoriadores han podido precisar cómo fueron a parar a las islas Canarias.
La raza Crô-Magnon del tercer período glacial, creadora de las pinturas rupestres y de otras obras de arte de la época neolítica del sur de Europa, se trasladó, en las postrimerías del período glacial, a otros ámbitos: al norte de Europa, a Asia y, por el estrecho de Bering a América; se transformó, creó nuevos pueblos y nuevas razas y se constituyó en fuente de la cual arrancan muchos pueblos blancos y atezados. Hubo, en cambio, otros grupos que fluyeron de España a Africa. Y estos cromañonenses africanos conservaron sus primitivas características y, en el paleolítico superior y luego en el neolítico, crearon una cultura muy particular en tierras africanas, la "cultura capsiense".
Muelas y piedras de afilar, hachas transversales, anillos de piedra y cepos sepulcrales, puntas de flecha de piedra, huellas de primitiva agricultura e indicios de vida trashumante nos revelan de qué modo vivían en aquella época los hombres capsienses cromañonenses del norte de Africa. Construían monumentos megalíticos, adoraban divinidades femeninas y desarrollaron una sociedad matriarcal.
Hijos legítimos de la cultura capsiense fueron los primitivos saharianos, los antiguos libios, los bereberes, los hombres de cabello rubio, ojos azules y rostro casi cuadrado. Los canarios descienden de estos norteafricanos cromañonenses, que llevaron la cultura capsiense a las islas, aunque no le dieron ulterior desarrollo, sino que, a causa de su largo aislamiento, descendieron otra vez al nivel de cultura de los trogloditas, que en otro tiempo habían superado, después de su emigración al terminarse el período glacial europeo. El hecho de que los guanches tengan el cabello rubio y los ojos azules confirma la opinión de los prehistoriadores de que también el hombre de Crô-Magnon del periodo glacial era rubio y tenía los ojos azules. Individuos rubios los hay no sólo entre los europeos y los bereberes, sino también en muchos pueblos asiáticos e incluso entre los polinesios y los indios.
Gran parte de los cromañonenses perdieron esta característica en el curso de sus largas migraciones, que dieron lugar a mezclas con otras razas oscuras. En cambio, en la rama nórdica de los indoeuropeos estos rasgos siguieron siendo predominnantes; lo mismo ocurrió entre los guanches incomunicados con el resto del mundo "como si Dios los hubiese olvidado". Si todavía se conservan los aborígenes canarios, la ciencia podría estudiar sobre el terreno el aspecto que tendrían los descendientes de los hombres del período glacial que vivieron el la época del paleolítico superior, observar sus cultos, sus costumbres y las formas de sociedad que desarrollaron.
El asesinato racial llevado a cabo contra los guanches sólo tiene un parejo en la historia de la humanidad: la brutal aniquilación de los tasmanos del sur de Australia, pueblo que vivía aún en el grado de cultura del hombre del Neandertal. Y parece una amarga ironía del destino que, al mismo tiempo que Prichard, Humboldt y otros sabios expresaban su profundo sentimiento por la destrucción de los guanches, se cazara todavía a los tasmanos como si fueran animales salvajes y se les deportara a las islas desiertas para que allí murieran de hambre.
Todo lo que ha quedado del valiente, misterioso y cien veces discutido pueblo de los guanches, son unos cuantos dibujos descoloridos realizados sobre ardientes rocas, signos misteriosos e indescifrables, unas pocas momias envueltas en piel de cabra y cráneos tipo Crô-Magnon de tosca textura. De vez en vez se descubre todavía un rostro canario, cuadrado y huesudo, que nos mira con los ojos azules bajo una frente coronada de mechones rubios. Y algunos habitantes de las islas Canarias viven hoy como en tiempos remotos, dentro de cavernas y en poblados completamente trogloditas, en forma parecida a como vivían aquellos hombres que el noble normando Bethencourt halló al desembarcar allí. (Herbert Wendt, Empezó en Babel, 1960)
Población prehispánica de las Islas. Antonio Pérez García: En los últimos años el desarrollo de la investigación arqueológica ha ido aportando la suficiente información sobre la población prehispánica de las Islas como para ir desbancando a las crónicas o a los mitos como principales fuentes históricas para conocer este período. Abordar la prehistoria de Canarias significa conocer tanto el origen de la población prehispánica como las características de su asentamiento y adaptación al medio natural que conforma el espacio geográfico de las distintas islas. Actualmente consideramos que la población aborigen canaria tuvo su origen entre los pueblos bereberes del Norte de África que se van desplazando hacia el sur movidos por dos tipos de circunstancias:
En primer lugar, el progresivo proceso de desertización norteafricano que empuja a los pueblos del sur de la cordillera del Atlas a buscar nuevas tierras de cultivo y pastos para sus ganados. En segundo lugar, los restos humanos y de hábitat más antiguos hallados por los arqueólogos en las Islas, se corresponden con un período comprendido entre los siglos I antes de Cristo y I después de Cristo, lo que lleva a los historiadores a pensar en la expansión del «limes» o frontera del Imperio Romano en el Norte de África hacia la cordillera del Atlas sahariano y el rechazo por parte de algunos sectores de la población de la zona a integrarse en dicho Imperio, como causa del desplazamiento de estos pueblos por la costa atlántica norteafricana y su posterior paso a las distintas islas del Archipiélago Canario, pretendiendo encontrar en ellas los medios de vida y sustento que no hallaban en su lugar de origen.
Probablemente, el poblamiento de las Islas se realizaría en diferentes oleadas migratorias, aportando cada una de ellas grupos de pobladores que, con un mismo origen, conformarían diferentes estratos culturales. El bagaje cultural que cada uno de estos grupos de población trae consigo desde África por un lado, junto a la necesidad de generar medios que les permitan adaptarse a las características del nuevo espacio geográfico que presenta cada una de las islas en las que recalan, por otro, van a conformar distintas formas de vida, de organización social y de aprovechamiento de los recursos económicos de los que puedan disponer. De esta forma, los asentamientos aborígenes se producirán, en general, junto a fuentes y manantiales que les aseguren el abastecimiento constante de agua.
Dichos asentamientos tomarán la forma de poblados constituidos por edificaciones con una primitiva estructura arquitectónica (por lo general, de planta circular, paredes de piedra y techo vegetal), aunque también nos encontraremos, sobre todo en lugares altos y de difícil relieve, con un hábitat en cuevas tanto naturales como excavadas. La economía practicada por estos pueblos variará de una isla a otra en función de las posibilidades del medio. Así, la de La Palma y Fuerteventura será esencialmente ganadera, la de Gran Canaria fundamentalmente agrícola y, combinando indistintamente la agricultura y el pastoreo, la de Tenerife, La Gomera, El Hierro y Lanzarote. Es pues una economía muy básica, y dirigida al autoconsumo de cada grupo humano, desarrollada con unos medios muy rudimentarios y sujeta de forma constante a las inclemencias climáticas u otros condicionamientos naturales (sequía, agotamiento y limitaciones del suelo agrícola y de pastos, etc.). La cultura material, por otro lado, será muy rudimentaria, siendo la piedra, el barro, la piel de los animales o la madera las principales materias primas.
Organización social: En lo que a organización social se refiere, en general, nos encontramos con sociedades más o menos complejas, divididas en estratos o grupos sociales, que se distinguen entre sí por su diferente nivel de riqueza y grado de apropiación de los medios de producción (fundamentalmente la tierra y el ganado). Así pues, constatamos la existencia de una nobleza aborigen tanto en Gran Canaria como en Tenerife, erigida en grupo social dominante, junto a los sectores mayoritarios de la población compuesta por grupos económicamente dependientes de los poseedores de los recursos económicos. En general, parece que existieron formas de jerarquización política según estructuras o formas de gobierno basadas en la monarquía (menceyes en Tenerife, guanartemes en Gran Canaria, o distintos jefes de tribu en las islas más pequeñas). Dichos monarcas ejercen su poder sobre una parte de la isla o bien sobre una isla entera.
Así, nos encontraremos un solo jefe de tribu para toda la isla de Lanzarote y lo mismo en El Hierro; Fuerteventura aparecerá dividida en dos reinos, La Gomera en cuatro, La Palma en doce, Gran Canaria en dos y Tenerife en nueve demarcaciones territoriales. Junto a estos monarcas o jefes de tribu estarán los nobles de cada reino, conformando castas privilegiadas tanto a nivel político como religioso, que suelen asesorar a su jefe y, a veces, en determinadas circunstancias, participar en la toma de decisiones de gobierno.
En general, la religión de estos pueblos se basaba en el culto a elementos naturales, principalmente al Sol, que favorecían o perjudicaban las condiciones de vida. Poder político y religioso van siempre íntimamente unidos a toda la población (jefes o monarcas incluidos) en disposición de acatar los designios divinos para obtener el favor permanente de los dioses y no provocar su ira atrayendo la desgracia (hambre, enfermedades, etc.) sobre la población. Este va a ser el panorama que se van a encontrar los exploradores, navegantes y conquistadores europeos que a partir de la Baja Edad Media llegan a las costas canarias iniciándose un proceso histórico que culminará con la integración del Archipiélago en el reino de Castilla a finales del siglo XV. (Antonio Pérez García)
Si los orígenes prehistóricos de las Islas Canarias son un misterio, también lo son sus originarios habitantes los "Guanches", nombre aplicado a los habitantes y la lenguaque usaban los que vivían en las Islas Canarias antes de la conquista española, ya que los conquistadores españoles reflejaron en sus cronicas que cada Isla tenía su propia tribu de guanches, que hablaban dialectos ligeramente diferentes. Tambien la palabra "Guanche" es para algunos escritores los habitanten que vivian en la Isla de Tenerife, pero hoy en día se acepta generalmente que los habitantes originarios en todas las Islas Canarias tenían un origen común. El término Guanche se usa hoy en dia para denotar a aquellas personas que habitaron en todo el archipielago Canario, aunque siga siendo un desconcierto para historiadores y etnógrafos.
Sin embargo, con el linaje de los habitantes del Norte de Africa hay una semejanza entre la lengua de los bereberes nómadas y la extinguida lengua Guanche. Los Guanches eran altos, bien desarrollados y muchos tenían los ojos azules, investigaciones esqueléticas mostraron que los hombres medían entre 1,75 metros y 1,82 metros, siendo los hombres de Fuerteventura, los más altos de todos, con una estatura media de 1,82 metros. Esqueletos preservados en el Museo Municipal de Santa Cruz de Tenerife y Museo Canario de Las Palmas de Gran Canaria, muestran que los Guanches tenían unos huesos inmensos y gruesos indicando que poseían una gran fuerza. Cuando alguien moría, lavaban el cuerpo, y lo rellenaban día tras día con ungüentos hechos con diversas plantas y minerales cuya receta desconocemos. Ponían el cuerpo al sol, y así durante varias semanas, hasta que quedaba seco. Llamaban xaxo a la momia. Durante todo este tiempo se prolongaba el duelo de sus familiares y amigos.
Luego metían al xaxo entre pieles pintadas o marcadas que permitían identificar el cuerpo, y cosían estas pieles formando un estuche alrededor del difunto. Por último, ponían el cuerpo en el interior de la cueva que servía de sepultura a la familia, separándolo del suelo mediante tablones de madera. Junto al cuerpo se disponían ofrendas: adornos (collares de cuentas de barro y de colmillos de cerdo), gánigos de barro, conchas de lapas, lanzas. Si se trataba de un Mencey difunto, le acompañaba la añepa, el cetro que simbolizaba el poder real. Los cronistas de una de las primeras conquista de las Islas Canarias Juan Le Verrier, escribieron al principio del siglo XV , los Padres Pedro Bontier y ...... "no se encontraría en ningún sitio gente tan hermosa y Se podría viajar por todo el mundo y tan agraciada hombres como mujeres, que tendrían estupendas mentes como estos isleños, tanto si alguien se ocupase de educarlos".
Los Guanches, estaban dotados de una extraordinaria agilidad, útil para saltar sobre peligrosos barrancos o para cualquier tipo de deporte practicado en las islas, a pesar de su carencia de armas "modernas" , ya que soportaron largos combates contra los diferentes invasores , siendo los conquistadores españoles a quienes les costó casi un siglo dominar la dura resistencia que ofrecian
Las características físicas y muchas costumbres de los Guanches han sobrevivido a la conquista y al paso del tiempo, el Gofio, por ejemplo, constituía la base de alimentación de los canarios, este es un tipo de harina de cebada, maiz o trigo molida y tostada a la que los Guanches añadían agua o leche de cabra, en la actualidad muchas familias canarias comen gofio en el desayuno y otros en la cena en lugar del pan. La Lucha Canaria, es una lucha libre practicada por los Guanches y particularmente en Tenerife, hoy todavía tiene un enorme atractivo entre los jóvenes y ancianos canarios del que dicen que es "el más noble de los deportes".Algunas costumbres han desaparecido como los casamientos y divorcios, se permitían con mucha libertad en las Islas Canarias durante la época Guanche, los divorcios y segundas nupcias ya que no daban pié a muchas disputas, hay noticias de que algunas mujeres de las Islas contraían matrimonio hasta con tres maridos ya que hacían de maridos o criados periodicamente, vivían en cuevas naturales, muchas de las cuales todavía se conservan en casi todas las Islas , pasando el inviernos cerca del mar y en el verano en zonas más montañosas.
Momificaban sus cuerpos como los antiguos egipcios y peruanos, hecho que llevó a la idea de un origen común entre las tres etnias, mencionado a menudo por los aficionados a la teoría de la Atlántida, desgraciadamente se conoce muy poco sobre el sistema legal o jerarquía social Guanche, aparte de la existencia de una clase de nobleza feudal.Fabricaban materiales de junquillo, de fibra vegetal o de palmeras, y a pesar de que no conocían la rueda, tenían una primitiva forma de alfarería que todavía se practica. Con el paso del tiempo se fueron perdiendo la mayor parte de los rastros de la vida Guanche ya que asimilaron rapidamente la lengua de los conquistadores españoles en todo el Archipilago.
La lengua Guanche ha sido muy dificil de estudiar, como el latín, el Guanche es una lengua muerta, pero a diferencia de la lengua de los antiguos romanos, nadie puede hablar o escribir Guanche en la actualidad, los linguistas no tienen una idea clara sobre la estructura de la lengua, basando sus estudios en escasas inscripciones y en un número de palabras, generalmente nombres de lugares de las Islas, que han sido transmitidas durante siglos, el linguista canario Francisco Artiles, hizo un estudio sistemático conviviendo como pastor de cabras durante un tiempo, trabajando y estudiando el vocabulario de los pastores y formas de tratar sus rebaños, el Sr. Artiles llama "guanchismos" a palabras derivadas de la lengua de sus antepasados, estos restos de la lengua Guanche se usanba y se usa actualmente a diario por los pastores de cabras de Lanzarote, Fuerteventura y otras islas.
Palabras como mastuca, firanca, puipana y ambrasaca se refieren a los colores de pieles de cabras. Un tofio es un recipiente usado por los pastores para ordeñarlas. El Sr. Artiles ha recopilado un diccionario llamado Teberite (nombre dado a la incision en la oreja de la cabra para determinar el dueño) que incluye más de 12,000 palabras derivadas del Guanche original, siendo la mayor parte de estos "guanchismos" referentes a nombres de lugares de las Islas.
Muchas de estas palabras empiezan con la letra "t" ya que ta y ti se refieren a los artículos el y la, los estudios comparados con la lengua de los Bereber han mostrado una semejanza impresionante con la lengua Guanche, tales estudios han reforzado la idea de que los habitantes originales de las islas venían del Norte de Africa, avalando esta hipotisis el casi constante viento que sopla por esa zona, lo que podía haber hecho la navegación a estas islas relativamente fácil, aunque las pruebas, son escasas. Las mujeres guanches.
Si os encontrais con una mujer en una zona solitaria, no se te ocurra dirigirle la palabra. Ningún hombre que se precie, ningún valiente guerrero, osará romper el tabú que prohibe dirigir la palabra a una mujer en un paraje solitario sin que ella antes lo permita. ¿Razones? Tal vez un tabú relacionado con la sangre de la menstruación, dicen algunos; un mecanismo para asegurar el respeto y la inviolabilidad de la mujer, dicen otros. Aunque la sociedad guanche es patriarcal, el papel de la mujer es muy importante. En varias islas la herencia es matrilineal, son ellas las que aseguran la transmisión del poder real.
Es el caso de Gran Canaria, donde se recuerda aún a la "reina" Atidamana. Asimismo, cuando Gran Canaria se rinde por fin a las tropas castellanas, los canarios lo hacen portando a una niña, la hija del último Guanarteme (Rey de la isla) en andas, y con todos los honores la confían a los nuevos señores; es ella la depositaria del poder y de la legitimidad de la soberanía de su pueblo. En otros casos, las mujeres son tan fieras a la hora de combatir o de animar y ayudar a sus hombres en el combate, que los conquistadores hablarán de "las amazonas" de la isla de La Palma, o se transmitirá con rasgos legendarios la historia de Guacimara, "princesa real" de Anaga (Tenerife), que participó en las luchas contra los que intentaban desembarcar en las playas de Añaza. La mujer ocupó también un papel importante en historias entremezcladas de leyenda que hablan del heroismo de princesas y aristócratas que prefirieron morir arrojándose desde los acantilados, antes que ser hechas prisioneras por los europeos. Este suicidio ritual, símbolo de su amor por la libertad, lo practicaron no sólo las mujeres sino también algunos hombres de las familias "reales", y era precedido por el grito "Vacaguaré" (¡quiero morir!).
Sin embargo, la mujer parecía tener un papel más sumiso en Lanzarote y Fuerteventura, donde se practicaba la hospitalidad cediendo al huésped la propia mujer para que le acompañara en la cama. Tampoco lo pasaba bien la mujer cuando venían épocas de escasez o superpoblación. Cuando consideraban que el número de habitantes era superior a lo que los recursos naturales permitían, tanto en La Palma como en Gran Canaria se llegó a practicar el infanticidio femenino: mataban a las hembras recién nacidas salvo que fuera la primogénita. Esta era respetada, como transmisora de la línea familiar.




 

FIESTASGRANDESENVIDEO
FIESTAS ISLAS CANARIAS

FIESTAS ISLAS CANARIAS
Facebook botón-like
 
DINERO FACIL POR INTERNET
 
beruby.com - Empieza el día ganando
 
TELEFONO. +34 686554107
 
Hoy habia 9 visitantes (9 clics a subpáginas) ¡Aqui en esta página!
beruby.com - Empieza el día ganando Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis